Traumatología y Ortopedia

Manejo del dolor

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El manejo del dolor incluye medicamentos y terapias para tratar el dolor de una cirugía, lesión o enfermedad. El dolor puede provocar cambios en la salud física y emocional, como problemas de depresión y de insomnio. El manejo del dolor podría ayudarlo a descansar, sanar y regresar a sus actividades diarias. 

¿Cuáles son los tipos del dolor?
  • El dolor agudo comienza repentinamente y dura poco tiempo. El dolor generalmente desaparece a medida que el cuerpo sana, pero puede volverse crónico si no se trata.
  • Dolor crónico dura mucho tiempo o empeora. Éste puede durar por meses o años debido a una condición crónica. Puede ser dolor que permanece después de usted haberse recuperado de una lesión o enfermedad.
¿Cómo se diagnostica la causa del dolor?

Su médico lo examinará y buscará áreas doloridas. Su médico puede tocar o presionar diferentes lugares en su cuerpo y le preguntará si le duelen. Es posible que su médico le pida que describa su dolor. También puede necesitar cualquiera de los siguientes para saber la intensidad de su dolor o para encontrar su causa:

  • Un diario del dolor puede ayudar a determinar la causa de su dolor. El diario puede ayudarlo a rastrear ciclos de dolor. Anote cuándo comenzó el dolor, cuánto duró y su intensidad. También incluya cualquier cosa que haya empeorado o mejorado el dolor.
  • Las escalas del dolor pueden ayudar a medir cuánto dolor siente. Las escalas del dolor pueden incluir números o expresiones faciales. Es probable que su médico le pida que califique el dolor en una escala de 0 a 10.
    Escala de dolor
  • Una radiografía o una tomografía computarizada (TC) o una imagen por resonancia magnética (IRM) se pueden usar para encontrar la causa de su dolor. Es posible que le administren un líquido de contraste para que las imágenes se aprecien mejor. Dígale al médico si usted alguna vez ha tenido una reacción alérgica al líquido de contraste. No entre a la sala donde se realiza la resonancia magnética con algo de metal. El metal puede causar lesiones serias. Dígale al médico si usted tiene algo de metal dentro de su cuerpo o por encima.
  • Las pruebas de estímulo pueden ayudar a encontrar los nervios o músculos afectados por el dolor.
¿Cómo se puede manejar de dolor sin medicamentos?
  • El calor ayuda a aliviar el dolor muscular. Use una compresa caliente o una almohadilla térmica a baja potencia. Aplique calor durante 20 minutos cada hora o como se lo indicaron.
  • La terapia de masaje ayuda a aliviar los músculos tensionados. Esto podría ayudarlo a relajarse y disminuir el dolor.
  • El ultrasonido puede ayudar a aliviar el dolor. El ultrasonido es un procedimiento que utiliza ondas sonoras para crear el calor aplicado a los músculos.
  • La acupuntura ayuda a reducir el dolor y otros síntomas. Se usan agujas delgadas para equilibrar los canales de energía en el cuerpo.
  • La estimulación eléctrica puede utilizarse para controlar el dolor. La electroestimulación nerviosa transcutánea (TENS) es un dispositivo portátil que se pega a la piel. La TENS usa señales eléctricas leves y seguras para ayudar a controlar el dolor. La estimulación de la médula espinal (SCS) es un procedimiento que utiliza un alambre de metal cerca de la médula espinal para ayudar a controlar el dolor. La SCS también utiliza señales eléctricas suaves y seguras. La SCS se coloca mediante una cirugía.
  • La cirugía y otros procedimientos pueden ayudar a aliviar el dolor. Por ejemplo, ondas de radio, térmicas (calor) o terapia con láser. 

Tratamiento del hombro congelado

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El hombro congelado, llamado también capsulitis adhesiva, causa dolor y rigidez en el hombro. Con el paso del tiempo, se genera gran dificultad para mover el hombro.

 

El hombro congelado ocurre aproximadamente en el 2% de la población. Es más frecuente que afecte a personas en edades entre los 40 y 60 años, y ocurre más en las mujeres que en los hombres.

En el hombro congelado, la cápsula del hombro se espesa y se endurece. Se desarrollan bandas rígidas de tejido, llamadas adherencias. En muchos casos, hay menos líquido sinovial en la articulación.

 

El signo característico de esta condición es la incapacidad de mover el hombro, ya sea usted mismo, por sus propios medios o con la ayuda de otra persona. Se desarrolla en tres etapas:

 

Congelamiento

En la etapa de "congelamiento", usted lentamente tiene cada vez más dolor. A medida que el dolor empeora, su hombro pierde rango de movimiento. El congelamiento típicamente dura de 6 semanas a 9 meses.

 

Congelado

Los síntomas dolorosos en realidad podrían mejorar durante esta etapa, pero la rigidez permanece. Durante los 4 a 6 meses de la etapa de "congelado", las actividades diarias pueden ser muy difíciles.

 

Descongelado

El movimiento del hombro mejora lentamente durante la etapa de "descongelado". La recuperación completa de la fuerza y movimiento normales o cercanos a lo normal típicamente lleva de 6 meses a 2 años.

Causas del hombro congelado

Las causas del hombro congelado no se comprenden plenamente. No hay una conexión clara con el predominio del brazo ni con la ocupación de la persona. Unos pocos factores podrían generarle más riesgo de desarrollar hombro congelado.

Diabetes. El hombro congelado ocurre mucho más en personas con diabetes, y afecta del 10% al 20% de estas personas. No se conoce la razón.

Otras enfermedades. Algunos problemas médicos adicionales asociados con el hombro congelado incluyen hipotiroidismo, hipertiroidismo, enfermedad de Parkinson y enfermedad cardíaca.

Inmovilización. El hombro congelado puede desarrollarse después de que un hombro ha sido inmovilizado durante un período de tiempo debido a una cirugía, una fractura u otra lesión. Con frecuencia se indica que el paciente mueva el hombro poco después de una lesión o cirugía como medida para prevenir el hombro congelado.

Síntomas

El dolor que produce el hombro congelado es generalmente un dolor sordo, o fijo y continuo. Típicamente es peor en la primera etapa del curso de la enfermedad y cuando usted mueve el brazo. El dolor por lo general se localiza en el área exterior del hombro y a veces el brazo (la parte que va del codo al hombro).

Tratamiento no quirúrgico

Más del 90% de los pacientes mejoran con tratamientos relativamente simples para controlar el dolor y restablecer el movimiento.

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Los medicamentos como la aspirina y el ibuprofeno reducen el dolor y la inflamación.
  • Inyecciones de esteroides. La cortisona es un medicamento antiinflamatorio potente que se inyecta directamente en la articulación de su hombro.
  • Terapia física. Hay ejercicios específicos que ayudarán a restablecer el movimiento. Estos podrían hacerse bajo la supervisión de un terapeuta físico o a través de un programa domiciliario. La terapia incluye ejercicios de estiramiento o de rango de movimiento para el hombro. A veces se usa calor para ayudar a aflojar el hombro antes de los ejercicios de estiramiento. 
Tratamiento quirúrgico

Si sus síntomas no se alivian con terapia y medicamentos antiinflamatorios, usted y su médico podrían discutir la posibilidad de cirugía. Es importante hablar con su médico sobre su potencial de recuperación continuando con tratamientos simples y los riesgos que implica la cirugía.

El objetivo de la cirugía para el hombro congelado es estirar y liberar la cápsula articular que se ha vuelto rígida. Los métodos más comunes incluyen manipulación bajo anestesia y artroscopía del hombro.

  • Manipulación bajo anestesia. Durante este procedimiento, a usted lo sedan para dormirse. Su médico forzará su hombro a moverse, lo que hace que la cápsula y el tejido cicatricial se estiren o rasguen. Esto libera el estrechamiento y aumenta el rango de movimiento.
  • Artroscopía del hombro. En este procedimiento, su médico cortará a través de las porciones estrechas de la cápsula articular. Esto se realiza usando instrumentos del tamaño de un lápiz que se introducen a través de pequeñas incisiones alrededor de su hombro.

En muchos casos, se combina el uso de manipulación y artroscopía para obtener máximos resultados. La mayoría de los pacientes tienen muy buenos desenlaces con estos procedimientos.

Fisioterapia

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Es el conjunto de métodos, actuaciones y técnicas, a través de la aplicación tanto manual como instrumental de medios físicos, curan, recuperan y adaptan a personas afectadas de disfunciones somáticas, psicosomáticas y orgánicas. La fisioterapia tiene también un carácter preventivo y puede recomendarse a las personas que desean mantener a un nivel adecuado de salud. Por lo tanto, la fisioterapia podría definirse como el método curativo a través de medios naturales (agua, luz, electricidad), o mecánicos, como el masaje o la gimnasia.

 

Beneficios

Las técnicas, ejercicios y métodos empleados en la fisioterapia intervienen de forma positiva en la salud del paciente de varias maneras. Estos son los principales beneficios de la fisioterapia:

 

  • Ayuda a combatir los síntomas de algunas patologías: Las técnicas empleadas actúan contra el dolor y la inflamación en lesiones musculares y articulares; además, ayuda a combatir algunas enfermedades, como las de la piel (acné,  psoriasis e ictericia). 
  • Previene enfermedades y molestias: Muchos de los ejercicios utilizados en fisioterapia están destinados a reeducar conductas posturales y mejorar el organismo con el fin de evitar enfermedades y molestias futuras en personas de riesgo debido a determinados factores, como las deformidades de columna. 
  • Ayuda a frenar los efectos de enfermedades degenerativas: La fisioterapia está indicada, en muchos casos, para amortiguar y frenar el impacto de algunos efectos producidos por enfermedades degenerativas y lesiones cerebrales, como la esclerosis múltiple, la ELA o el Parkinson. Mediante técnicas como la fisioterapia neurológica se pueden tratar afecciones del sistema nervioso relacionadas con el tono postural y los patrones neuromotores patológicos, mientras que con la fisioterapia respiratoria se pueden combatir patologías del sistema respiratorio producidas por enfermedades degenerativas. 
  • Fortalece el organismo: Refuerza las estructuras musculares, óseas y articulares, y facilita la amplitud de movimientos y la flexibilidad, lo que ayuda a prevenir lesiones y a recuperarse antes en caso de sufrir alguna; además, capacita al organismo para tolerar mejor el ejercicio ya que, a través de algunas técnicas como las utilizadas en la fisioterapia respiratoria, se puede aumentar la resistencia. 
  • Aumenta el bienestar y la calidad de vida: Es uno de los objetivos principales de la fisioterapia. Los profesionales de esta disciplina no sólo están capacitados para diagnosticar, prevenir y curar, sino que según la WCPT, el fisioterapeuta también puede ayudar a modificar las barreras ambientales en el ámbito laboral y doméstico con el objetivo de facilitar el acceso a todas las actividades sociales posibles. 

Manejo farmacológico del dolor

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El manejo farmacológico del dolor en traumatología puede variar según la gravedad y la naturaleza del trauma. 

  1. Analgésicos de venta libre: Los medicamentos como el paracetamol (acetaminofén) y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar a aliviar el dolor leve a moderado.

  2. Opioides: En casos de dolor intenso o crónico, los opioides como la codeína, la oxicodona o la morfina pueden ser recetados bajo supervisión médica. Sin embargo, se deben utilizar con precaución debido a su potencial adictivo y efectos secundarios.

  3. Anestesia local: Para procedimientos menores, se puede administrar anestesia local para adormecer la zona afectada y reducir el dolor durante la intervención.

  4. Bloqueo de nervios: En casos de dolor más intenso y persistente, se puede realizar un bloqueo de nervios. Esto implica la inyección de anestésicos locales o corticosteroides cerca de los nervios afectados para aliviar el dolor.

  5. Fármacos adyuvantes: En algunos casos, pueden ser necesarios medicamentos adyuvantes, como antidepresivos tricíclicos o anticonvulsivos, para tratar el dolor neuropático asociado con lesiones de los nervios.

Es importante destacar que el manejo del dolor en traumatología debe ser individualizado y supervisado por un profesional de la salud, como un médico especializado en traumatología o anestesiología. Cada paciente y lesión requieren una evaluación cuidadosa para determinar el enfoque más adecuado.

Manejo no farmacológico del dolor

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Además del manejo farmacológico, existen diversas opciones no farmacológicas que pueden ayudar a aliviar el dolor en traumatología. Estas incluyen:

 

  1. Terapia física: Los ejercicios terapéuticos, la movilización articular y la terapia de fortalecimiento pueden mejorar la función física, reducir el dolor y acelerar la recuperación en casos de lesiones traumáticas.

  2. Terapia ocupacional: La terapia ocupacional se centra en mejorar las habilidades funcionales y la independencia en actividades diarias. Puede incluir técnicas de adaptación, modificaciones en el entorno y terapias de manejo del dolor.

  3. Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos asociados con el dolor. Puede incluir técnicas de relajación, visualización, entrenamiento en habilidades de afrontamiento y biofeedback.

  4. Fisioterapia: Modalidades físicas como la aplicación de calor o frío, masajes, ultrasonido, estimulación eléctrica y terapia con láser pueden proporcionar alivio temporal del dolor y promover la curación en algunas lesiones.

  5. Acupuntura: Esta técnica de la medicina tradicional china puede ayudar a aliviar el dolor mediante la inserción de agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo. Se ha utilizado en traumatología para el manejo del dolor crónico y agudo.

  6. Técnicas de relajación: La práctica de técnicas como la respiración profunda, la meditación, el yoga o el tai chi puede reducir la tensión muscular, aliviar el estrés y disminuir la percepción del dolor.

Es importante trabajar en colaboración con un equipo médico especializado para determinar las opciones no farmacológicas más adecuadas según el tipo de lesión y las necesidades individuales del paciente.

Infiltraciones

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Las infiltraciones en traumatología se refieren a la técnica médica utilizada para administrar medicamentos, como analgésicos o antiinflamatorios, directamente en una articulación, tendón o tejido blando afectado por una lesión o afección traumática. Esta técnica consiste en la inserción de una aguja esterilizada en el área específica y la inyección del medicamento correspondiente.

 

Las infiltraciones en traumatología tienen como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación y promover la recuperación de la lesión o afección. Se utilizan comúnmente en casos de lesiones deportivas, artritis, tendinitis, bursitis, sinovitis y otras condiciones traumatológicas que provocan dolor e inflamación en las articulaciones y tejidos.